La nueva política de regalías de Spotify: un giro en la recaudación del streaming musical
31 Ago 2024
Spotify ha introducido cambios significativos en su modelo de liquidación de regalías. Según explican en su comunicado oficial, estas decisiones se han tomado con el objetivo de mejorar la distribución de ingresos y combatir problemas como el fraude y el aumento de contenido de baja calidad. Vigentes desde el 1 de abril de 2024, las nuevas políticas empezarán a reflejarse en las liquidaciones a partir de ahora. Sin embargo, la industria musical ha reaccionado con un debate considerable sobre las posibles implicaciones de estas medidas..
El crecimiento explosivo del streaming ha transformado radicalmente la industria en los últimos años, pero también ha traído consigo nuevos desafíos. Según Spotify, los problemas más destacados con los que se encuentra la plataforma son las reproducciones artificiales, los micro-pagos perdidos y la proliferación de contenido no musical. Para abordar estos desafíos, Spotify ha decidido implementar tres cambios clave en su sistema de regalías:
1. Nuevo umbral de reproducciones para generar regalías
Uno de los cambios más significativos es la introducción de un nuevo umbral de reproducciones anuales que las canciones deben alcanzar para generar regalías. A partir de ahora, una canción deberá superar las 1.000 reproducciones en un período de 12 meses para poder recibir ingresos por streaming.
Según Spotify, este ajuste pretende evitar los ‘pagos perdidos en el sistema’ y redistribuir mejor los ingresos hacia aquellos artistas que tienen un impacto real en el servicio. Argumentan que, en muchos casos, los sellos discográficos y las distribuidoras exigen un importe mínimo para retirar las ganancias, por lo que, en canciones con pocas reproducciones, es frecuente que los ingresos nunca acaben llegando a quienes suben el contenido y acaben olvidándose. Según estimaciones de Spotify, estos micro-pagos pueden llegar a sumar alrededor de 40 millones de dólares al año, fondos que ahora se redistribuirán entre los artistas que superen el nuevo umbral de reproducciones.
2. Sanciones económicas por reproducciones artificiales
En un intento por combatir las reproducciones artificiales y el fraude en la plataforma, Spotify ha decidido implementar sanciones económicas a los sellos discográficos y distribuidoras que permitan o fomenten actividades fraudulentas. A partir de ahora, la plataforma impondrá multas por cada canción en la que se detecten reproducciones artificiales.
Esta medida busca disuadir la manipulación del sistema de regalías, algo que ha sido un problema creciente con el avance de la inteligencia artificial y las estrategias para inflar cifras de reproducción.
3. Regulación del contenido no musical
El tercer cambio afecta a los creadores de contenido no musical, como el ruido blanco, los sonidos de la naturaleza y otros géneros funcionales. A partir de ahora, solo las pistas que tengan una duración mínima de dos minutos podrán generar regalías. Esta medida busca frenar la creación de pistas de corta duración que se repiten automáticamente para maximizar los ingresos.
Además, Spotify también planea trabajar con los licenciantes para ajustar el valor de estas reproducciones. Actualmente, los creadores de contenido no musical reciben la misma compensación que los músicos, pero la intención es que este tipo de reproducciones tengan un valor inferior al de la música tradicional.
Un futuro incierto para la industria musical del streaming
Estas nuevas políticas de regalías representan un cambio significativo en cómo Spotify gestiona y distribuye los ingresos generados por el streaming. Según la plataforma, la introducción de un umbral de reproducciones, las sanciones por reproducciones artificiales y la regulación del contenido de ruido no musical son pasos importantes hacia una distribución más justa y equitativa de las regalías.
Sin embargo, estas medidas han sido recibidas con críticas, especialmente por parte de artistas emergentes y sus equipos, quienes consideran que representa una barrera adicional para obtener ingresos justos.
A medida que la industria musical continúe evolucionando, será esencial observar cómo estas políticas influyen en los distintos actores del ecosistema musical. ¿Lograrán estas medidas una distribución más equitativa de los ingresos, o consolidarán aún más la posición de los grandes jugadores en detrimento de los más pequeños? Solo el tiempo dirá si Spotify consigue equilibrar las necesidades de todos los involucrados o si este nuevo enfoque provocará un cambio sustancial en la dinámica de poder dentro del mundo del streaming musical.
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